Guardar el café correctamente es esencial para mantener su frescura y sabor. Los mejores recipientes para almacenar café molido o en grano son aquellos que protegen el café de la luz, el aire, la humedad y el calor, que son los principales factores que pueden afectar su calidad. Aquí tienes algunas opciones recomendadas:

Recipientes herméticos de vidrio o acero inoxidable:

Estos son excelentes para mantener el café fresco. Asegúrate de que tengan un sello hermético para evitar la entrada de aire y humedad. Los recipientes de vidrio tintado o con revestimiento opaco ayudarán a proteger el café de la luz.

Bolsas con válvula unidireccional:

Las bolsas con válvula unidireccional permiten que el dióxido de carbono que libera el café salga sin que el oxígeno entre. Esto es ideal para granos de café recién tostados.

Botes de cerámica o porcelana:

Estos pueden ser una excelente opción, especialmente si tienen una tapa hermética. Son resistentes y protegen el café de la luz y el aire.

Bolsas con cierre hermético:

Si optas por bolsas, busca aquellas que tengan un cierre hermético con cremallera. Asegúrate de expulsar todo el aire antes de sellarlas.

Contenedores de vacío:

Estos utilizan bombas de mano o válvulas para eliminar el aire del recipiente y mantener el café fresco. Son ideales si buscas una solución hermética.

Latas de café con cierre hermético:

Algunas latas de café vienen con cierres herméticos que pueden ser reutilizados para almacenar café molido o en grano.

Almacenamiento al vacío:

Las máquinas de sellado al vacío pueden utilizarse para almacenar café en bolsas con cierre hermético. Esto elimina completamente el aire y preserva la frescura.

Recipientes de cerámica con cierre de silicona:

Algunos recipientes de cerámica vienen con sellos de silicona que proporcionan un cierre hermético. Son resistentes a la luz y al aire.

Independientemente del recipiente que elijas, es importante mantenerlo en un lugar fresco y oscuro, lejos de la luz solar directa y las fuentes de calor. Además, evita abrir el recipiente con frecuencia, ya que cada vez que lo haces, el café está expuesto al oxígeno y la humedad, lo que acelera su deterioro. Al seguir estas pautas, podrás disfrutar de tu café en su máxima frescura y sabor.